En los Juegos Olímpicos en Atenas en 1896, los organizadores solo permitían a las mujeres presenciar las competencias, pero no participar. Hasta los Juegos de Amsterdam en 1928, las mujeres sólo competían en deportes como golf, tenis, natación y esgrima; pero había muy pocas competidoras. En Amsterdam, a las atletas se les permitió participar, por primera vez, en los deportes de pista y campo, que incluían una carrera de 800 m que causó gran sorpresa: después de terminar la prueba, muchas competidoras se desmayaron.
Antiguamente las diferencias de género en las marcas han ido disminuyendo, desde principios de siglo XIX, en el cual las mujeres acababan desmayándose hasta hoy día en el cual entrenan tanto o más que los hombres aunque se sigue notando una ligera superioridad en las marcas masculinas.
11 de Septiembre
Hace 15 años
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