Historia
Los primeros pueblos que fumaban eran los mayas, desde hace 15.000 años, según se interpretó en algunas inscripciones donde se reflejaban varios mayas fumando hoja de tabaco.
Más tarde fue descubierto en Cuba, en Sudamérica, por los hombres de Colón, en el S.XIV, de donde lo trajeron hasta España, pero era ilegal, y la Santa Inquisición les encarceló. Se extendió rápidamente por España y más tarde a algunos países europeos.
El hábito se puso de moda y en el siglo XVI el fumar había sido adquirido por todo tipo de clases sociales, distinguiendo la pipa entre las más elevadas y el rollo de hojas como precursor del cigarro puro, entre las más populares.
Así que a mediados del s.XVI el gobierno español lo legalizó sacando provecho y haciendo negocio de él. Al principio, fueron los frailes en las huertas cerradas de sus conventos los más entusiastas plantadores de tabaco, quienes lo utilizaban con fines ornamentales y medicinales. Así, el hecho de que el tabaco se cultivara preferentemente en estos lugares cerrados, llevó más tarde a dar el nombre de estancos a los comercios donde debía venderse.
Una curiosa anécdota llevó a la expansión del tabaco. En Francia se cuenta que el embajador francés Jean Nicot, cuya buena acción puso de moda el fumar, le recomendó a La Reina Catalina de Médicis, quien sufría fuertes jaquecas, que lo tomara aspirándolo por la nariz. Los dolores desaparecieron y el rumor hizo que el tabaco, como remedio curativo, se extendiera por toda Francia y el resto de Europa. Cuando llegó el momento de nombrar a la nicotina no hubo duda de elegir éste nombre en honor a Jean Nicot.
Siglos más tarde pasó a ser un vicio de ricos, pues el gobierno había subido demasiado los impuestos, siendo el objeto principal de comercio.
En el S.XX fumar en España era un hábito asumido y común entre hombres. En aquella época era muy extraño que un hombre no fumara, pues el entorno le inducía, desde el cine hasta su propio padre. Se han llegado a pagar a actores para que fumen durante una película, tales eran los ídolos de los jóvenes de la época, como Bruce Willis. Hasta que hoy día se ha extendido hasta la mujer, y el fumar se da en personas adultas y en sectores jóvenes, siendo una gran minoría.